Pero esta crisis no es sólo de un modelo económico que nos ha quitado todos los derechos para convertirlos en bienes de consumo, es también una profunda crisis política e institucional.
El sistema y la clase política no permiten la participación de la ciudadanía en las grandes decisiones para la construcción de un nuevo modelo de sociedad. Y una democracia que niega la participación de los ciudadanos no es democracia.
El rechazo de las demandas ciudadanas, la criminalización de los movimientos sociales, la violencia represiva en contra de nuestras manifestaciones, los intentos de invisibilizarnos como si no existiéramos, y la negativa a impulsar cambios estructurales profundos con la plena participación de la ciudadanía, ponen a la institucionalidad en una situación de ilegitimidad.
Las instituciones del Estado deben estar al servicio de la ciudadanía.
La soberanía ciudadana es anterior al Estado.
La soberanía es el poder político que tienen los pueblos y cada pueblo para decidir el tipo de sociedad en la que quiere vivir, para decidir las normas que habrán de imperar y para defender su territorio, aunque sea el propio Estado el que lo amenace como ocurre con los grandes megaproyectos eléctricos y mineros.
Por eso hemos dicho, y reiteramos, que ABANDONADOS POR EL ESTADO, QUE PRIVILEGIA INTERESES PRIVADOS DE UNA MINORÍA, NOS NACE EL DERECHO SOBERANO A DEFENDER NUESTRAS DEMANDAS Y TERRITORIOS…
El Estado tiene por principal función promover y proteger el interés general de la sociedad y no ser guardia privada de los intereses económicos y políticos de una minoría.
No aceptamos ni aceptaremos que nuestros territorios, donde se asientan nuestras comunidades, sean convertidos en zonas de sacrificio.
Ningún argumento economicista puede ser más importante que la salud y la vida de los seres humanos. Unos cuantos puestos de trabajo a cambio de catástrofes sanitarias y ambientales, es un chantaje criminal, inhumano, que jamás aceptaremos.
¡Claro que queremos y necesitamos trabajo!, pero no al costo absurdo de poner en riesgo nuestras vidas y los territorios mismos donde vivimos y queremos seguir viviendo.
El bien superior por excelencia es LA VIDA.
Cualquier modelo que ponga la vida al servicio del enriquecimiento de unos pocos, es un modelo inviable.
Cualquier proyecto que contamine nuestros territorios, que amenace la salud de la población a cambio de miserables “compensaciones” y unos cuantos “puestos de trabajo” los debemos rechazar porque primero que todo está la salud, la vida y la sobrevivencia de la comunidad.
La solución a esta crisis no son reformas más, reformas menos, sino la transformación estructural y profunda de la sociedad.
En este Encuentro queremos avanzar en ir definiendo esa sociedad que queremos, el Chile que queremos. Una sociedad que promueva el valor colectivo por sobre el individualismo… la solidaridad por sobre el egoísmo… la democracia por sobre el autoritarismo… la participación en las grandes decisiones y no sólo la representación.
Hemos aprendido que la base para transformar la sociedad y crear un nuevo modelo de desarrollo radica en la movilización y en la construcción de poder para ser escuchados y respetados por el Estado y sus instituciones.
La comunidad valiente, inteligente y organizada, vive procesos de crecimiento y maduración a través de Asambleas que permiten la más amplia discusión, que recogen el aporte de todas y de todos actuando como una sola fuerza.
La Asamblea es UNIDAD, y este es un momento de unidad, de fortalecer el movimiento social, de hacernos más fuertes en el control y empoderamiento sobre nuestros territorios. Es un momento que requiere de gran generosidad donde debe prevalecer lo que nos une y no lo que nos separa.
El análisis sencillo no por ello deja de ser profundo y certero.
La Asamblea se nutre de la enorme e inagotable inteligencia que entregamos como vecinas y vecinos.
La inteligencia colectiva está por sobre la más brillante de las mentes individuales.
El Movimiento Social se caracteriza por su transversalidad, por su diversidad política y social, la misma que existe en la sociedad chilena.
Es así porque los movimientos sociales somos la ciudadanía organizada.
Esa transversalidad es la que debemos cuidar y cultivar en cada organización.
El valor y la fuerza de lo que haga el Movimiento Social radica en la capacidad de discutir y decidir colectivamente cada acción de movilización.
Siempre la decisión debe ser colectiva… SIEMPRE
En el Primer Encuentro comenzamos a unir fuerzas para alcanzar los cambios estructurales profundos que Chile necesita con urgencia.
Arribamos a la conclusión de que un nuevo sistema social, económico y político que ponga al ser humano por sobre el lucro no es un sueño… Un sistema que respete a la persona más que al dinero no es un sueño.
Alcanzar la sociedad que soñamos y anhelamos es posible, pero requiere de la máxima responsabilidad, de la máxima unidad, de la máxima inteligencia…
Se debe aprender de todas las experiencias, de todos los errores y, especialmente, de las derrotas que hemos sufrido a lo largo de la historia.
Desde la independencia las fuerzas conservadoras han terminado imponiendo y reforzando brutalmente su institucionalidad y un modelo acorde a sus intereses.
Prueba de ello son las constituciones de 1833, 1925 y 1980, todas impuestas a través de la fuerza por la minoría conservadora.
Esto no nos puede volver a pasar.
Hoy es la mayoría de la ciudadanía la que demanda cambios estructurales y un nuevo modelo de desarrollo.
Pero esa mayoría requiere de organización, de unidad y coordinación.
No basta con tener una mayoría a favor de los cambios. Eso, SOLO, no es suficiente.
Desde el Primer Encuentro hemos avanzado.
Pese a tener que atravesar estos complejos meses electorales, aquí estamos, construyendo más asambleas, fortaleciendo el Movimiento Social.
Pero debemos estar preparados para resistir una ofensiva en contra de nuestras organizaciones, porque la clase política buscará desarticularnos, desmovilizarnos, despolitizarnos.
Van a pedir que dejemos en sus manos nuestras demandas para que ellos, los expertos, los profesionales de la política las resuelvan “en la medida de lo posible”.
Nos acusarán de “arriesgar la gobernabilidad”.
Nos acusarán de “intransigentes e irresponsables”, y otros nos acusarán de terroristas.
Buscarán nuevos “Acuerdos Políticos” para hacer algunos “ajustes” que sostengan por otro medio siglo lo esencial del sistema. Y para ello necesitan una ciudadanía sin capacidad de movilización y resignada a no traspasar los límites impuestos por la “institucionalidad”.
En este segundo encuentro debemos dar un paso más, sin confundirnos ni sobrevalorarnos… Con inteligencia y sin soberbia… Con humildad, con decisión y valor.
Para ello debemos sumar más y más organizaciones, coordinarnos, unirnos a través de todo Chile.
En este Encuentro queremos, principalmente, construir esa unidad, conocernos, hermanarnos.
Es un Encuentro de vecinos, de pobladores, de trabajadores, de jóvenes, hombres y mujeres.
NO ES UN ENCUENTRO ACADEMICO DE TESIS complejas. Es el Encuentro de gente sencilla que construye inteligencia colectiva.
Debemos ser cuidadosos en nuestras metas y saber entender los tiempos. Debemos consolidar cada avance antes de dar un nuevo paso.
Debemos recordar que el Primer Encuentro Nacional de Asambleas, reunido en Freirina, adoptó los siguientes acuerdos:
1 Definir como problema común de la ciudadanía el Modelo económico Neoliberal, la actual institucionalidad y la Clase Política
2 Seguir construyendo Asambleas y Movimiento Social en todo Chile, permaneciendo al margen del proceso electoral parlamentario y presidencial para concentrar nuestras energías en la expansión y fortalecimiento de la organización de la ciudadanía en cada comunidad.
3 Apoyar activamente, y de las formas que cada Asamblea decida, todas las movilizaciones que realicen organizaciones de base del Movimiento Social, para estrechar la unidad y ayudar a lograr el triunfo de las justas demandas que exigen las comunidades.
4 Convocar a este Segundo Encuentro Nacional de Asambleas del MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILE a efectuarse en el mes de noviembre de 2013 en la ciudad de San Antonio, Quinta región.
En este Segundo Encuentro debemos dar un nuevo paso para seguir escribiendo nuestra propia historia.
Avancemos principalmente en la integración de todas las organizaciones que hoy no están acá pero que sabemos comparten plenamente nuestros objetivos.
Contactar a otras Asambleas e invitarlas a unirse a este Movimiento Social es tarea prioritaria de cada organización.
Avancemos también en la coordinación y apoyo activo de nuestras movilizaciones para que los poderosos sepan que somos una fuerza que crece y se organiza.
Sólo con unidad, con organización, con generosidad, con inteligencia colectiva, con movilización, con decisión y valor conseguiremos la transformación de esta sociedad y la construcción del Chile que soñamos para nuestros hijos…
¡A construir Asamblea!
¡A fortalecer el Movimiento social!
¡A construir el Chile que nosotros queremos!
¡A defender nuestros territorios y nuestras demandas!